El lunes día 7 de marzo, cerca a celebrar un año más el ”Día Internacional de la Mujer”, tuvimos en nuestro centro educativo la oportunidad de adentrarnos en la reflexión del uso lenguaje sexista. En esta ocasión nos acompañó Mª Carmen Cano, la técnica de género de NORORMA.
El AMPA ponía en marcha las sesiones de Escuela de Padres y Madres y el profesorado del centro también tenía contemplado dentro del desarrollo del Plan de Igualdad unan jornada se formación sobre el tema.
Se inició la reunión clarificando el concepto sexo-género. Nuestro modelo de sociedad se transmite de generación en generación por medio del proceso de socialización, en el que las personas hacen suyos los elementos que están presentes en la cultura y en la sociedad. Este proceso de socialización es distinto según sea el sexo de la persona, asignando un modelo distinto para las mujeres y para los hombres dependiendo de lo establecido socialmente para cada grupo. A lo largo de la historia de la humanidad las diferencias biológicas entre los sexos se han traducido en desigualdades entre hombres y mujeres a la hora de reconocer los derechos y de participar en la sociedad, resultando las mujeres más desfavorecidas. Para explicar el por qué las diferencias biológicas se transforman en desigualdades se utilizan dos conceptos: el sexo y el género. Mientras que el sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el género explica que las desigualdades entre hombres y mujeres se construyen socialmente, variando según las culturas y los tiempos históricos, y que por lo tanto se pueden modificar.
Abordamos el tema de por qué el lenguaje que usamos ha de hacer visible a los dos sexos y que en los procesos educativos hay que tener cuidado para que las mujeres (y las niñas) no estén invisibilizadas. Un muy buen método para conseguirlo es buscar siempre al hablar y al escribir palabras que engloben a los dos sexos.
“LO QUE NO SE NOMBRA, NO EXISTE”
Con motivo del día internacional de la mujer los alumnos de 4º y 5º de Primaria representaron la obra de teatro "Que martirio ser la bella durmiente" .El AMPA ponía en marcha las sesiones de Escuela de Padres y Madres y el profesorado del centro también tenía contemplado dentro del desarrollo del Plan de Igualdad unan jornada se formación sobre el tema.
Se inició la reunión clarificando el concepto sexo-género. Nuestro modelo de sociedad se transmite de generación en generación por medio del proceso de socialización, en el que las personas hacen suyos los elementos que están presentes en la cultura y en la sociedad. Este proceso de socialización es distinto según sea el sexo de la persona, asignando un modelo distinto para las mujeres y para los hombres dependiendo de lo establecido socialmente para cada grupo. A lo largo de la historia de la humanidad las diferencias biológicas entre los sexos se han traducido en desigualdades entre hombres y mujeres a la hora de reconocer los derechos y de participar en la sociedad, resultando las mujeres más desfavorecidas. Para explicar el por qué las diferencias biológicas se transforman en desigualdades se utilizan dos conceptos: el sexo y el género. Mientras que el sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el género explica que las desigualdades entre hombres y mujeres se construyen socialmente, variando según las culturas y los tiempos históricos, y que por lo tanto se pueden modificar.
Abordamos el tema de por qué el lenguaje que usamos ha de hacer visible a los dos sexos y que en los procesos educativos hay que tener cuidado para que las mujeres (y las niñas) no estén invisibilizadas. Un muy buen método para conseguirlo es buscar siempre al hablar y al escribir palabras que engloben a los dos sexos.
“LO QUE NO SE NOMBRA, NO EXISTE”
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